martes, 21 de noviembre de 2017

Pedalear es una actividad placentera, pero hacerlo por mi Extremadura es un placer añadido "

Lunes, día 20 de noviembre de 2017 ( escrita por Flore )

Asistentes a la ruta:

Juan, Enrique, Amalio y Flore.
   

Tiempo empleado: 3 h. 16 m.38 sg.
Velocidad Máxima: 42 Km/h.
Velocidad Media: 19,6 Km/h.
Parciales: 64,24 Kms.
Odómetro:   Kms.
Totales:   KMS.

Recorrido: Santa Amalia, Valdehornillos, Miajadas, Cola de Pantano del Burdalillo, Miajadas, Valdehornillos, Santa Amalia.


Comentario

Hemos hecho el mismo recorrido de reconocimiento que hice ayer domingo, porque estaba seguro que, al menos a Enrique, les guastaría mucho, como así fue. La carretera de Robledillo de Trujillo, a la altura del Río Burdalillo está cortada por la inundación por la cola de pantano del Río Búrdalo, por lo que hubimos de volver para atrás. Solo hemos ido cuatro ciclozumeros: Juan, Enrique, Amalio y yo. Los demás cada cual tenía sus quehaceres, Paco está en Madrid con sus nietos, Josemari con los suyos en Almendralejos y Ramón recogiendo las aceitunas. Patricio no dijo nada y nada sabemos de él.

U

Salimos por la carretera de Valdehornillos y de allí tomamos el Canal Secundario nº 3 hasta llegar a Miajadas. Dicha localidad la cruzamos a trancas y a barrancas por todas sus enrevesadas callejuelas hasta llegar a la carretera antigua que cruzaba el pueblo "in illo tempore" y de allí tomamos la subida de la nacional  hasta la gasolinera, la que hemos bajado siempre que hemos ido a Escurial. Tenían un poco de miedo o acaso un poco de recelo sobre esta subida, pero yo les animaba diciéndoles que era una subida muy asequible, ni tan larga ni tan repentina como la de San Pedro de Mérida, a la que ya hemos perdido el respeto,  y así fue. Llegamos todos de forma maravillosa hasta el cruce de Escurial y de aquí emprendimos el recorrido por el camino vecinal asfaltado de Robledillo de Trujillo. Una bajada muy agradecida de seis o siete kilómetros hasta cruzar el cauce del Río Búrdalo, que está más seco que el ojo de Inés, y luego llegaríamos al cauce del Rio Burdalillo, afluente de  aquel, donde sus aguas, o más bien las del Pantano han inundado la carretera y su puente en una extensión de cien metros al menos, sin saber muy bien que altitud del agua puede cubrir la carretera, que mucho no puede ser porque se ven perfectamente los balates de mampostería del puente en cuestión, tal vez mucha tela para pasarlo a medio pedal. A punto estuvimos de descalzarnos para ver hasta dónde nos llegaba el agua pero desistimos del intento, porque acaso estuviera un poco fría. Aquel entorno les pareció maravilloso a los escasos componentes del grupo que lo veían por primera vez y de esta forma estuvimos allí un buen rato haciendo múltiples retratos de una y otra forma. Con estas buenas sensaciones tomamos el camino de regreso que se nos hizo muy corto hasta el cruce de la autovía y de allí bajamos la cuesta de siempre para dirigirnos hasta la Churrería 1º de Mayo del Polígono Industrial, donde nos tomamos nuestro cafelito y nuestro churrito.

Les tenía preparado, ya que era buena hora, una trampita en el regreso, pero como Amalio nos indicó que quería llegar temprano, regresamos por el mismo lugar, el canal principal y el canal secundario, hasta Valdehornillos y luego a nuestra sede. Amalio se fue enseguida, sin tomarse ni siquiera una cerveza porque le llamaron por teléfono.

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