miércoles, 25 de octubre de 2017

En la bici hay que transformar el " no puedo " por el " sÍ quiero "

Miércoles, 25 de Octubre de 2017

( Crónica escrita por  Flore ).

Distancia: 65 Km.
Tiempo empleado: 3 h. 10 m.14 sg.
Velocidad Máxima: 45 Km/h.
Velocidad Media: 20,5 Km/h.
Parciales: 65 Kms.
Distancia Total: 2.994,41 Km
      Participantes: Patricio, Ramón, Flore, Josemari y                              Enrique.


Recorrido: Santa Amnalia, Hernán Cortés, Pista de los Italianos, Ruecas, Rena, Estación de Rena, Vía Verde, Segundo Puente de los Tres Ojos, Palazuelo, Puebla de Alcollarín, Casar de Miajadas, Vivares, Valdehornillos, Santa Amalia.


Anecdotario
Buenos días a todos, y los ciclozumos que allí estaban me saludaron amablemente interesándose por mis prolongadas vacaciones y, sobretodo, por mi estancia en Granada con mi nieta Daniela, cosa que es de agradecer muchísimo. Pedro estaba de paisano, quiero decir sin el traje de ciclista, así que le pregunté si le pasaba algo y me dijo que tenía tarea. Luego atacaron un poco a mi indumentaria, pues no me había puesto del equipo de los Ciclozumos, y en su defecto, llevaba unas preciosas y llamativas sudaderas fosforitas que me hubiera regalado mi querida esposa de Cantabria, concretamente de Potes, cerca de Fuente De, donde se sube por el telesférico a los Picos de Europa. José Mari que había estado en el segundo turno, me preguntó por dicha excursión, y ambos coincidimos en que había sido una excursión de lujo, tanto en su contenido, cuanto en su precio. En este instante llegó Patricio, y de esta guisa nos juntamos allí cinco Ciclozumos, como cinco gansos sin saber que hacer ni que decidir, así que mi propuesta, de ir a Valdivia, fue enseguida aceptada, a falta de otra más interesante. Uñas al guarro, como suele decir mi compadre Reyes, y a sabiendas de que Patri no quiere tierra, le indiqué que me siguiera, y a los demás les indique que les esperaríamos en el mismo lugar de siempre, en la pista que va paralela a la Nacional 430, desde Hernán Cortés hasta el Cementerio. En esta ocasión tuvimos que esperar dando vueltas por el lugar indicado, algo más de lo habitual, pues luego supimos que "los Camineros" se habían ido por Valdehornillos. De esta manera cuando llegaron al lugar indicado, unas chicas del paro, que limpiaban las calzadas, les dijeron que un ciclista vestido de verde fosforito, yo creo que es color amarillo, pero para gusto los colores, les estaba esperando como un loco y que ya había dado muchísimas vueltas por el lugar indicado. Por fin nos reagrupamos, ¡qué alivio!, y después de saludar amablemente a nuestro paisano "El Sega", que iba de paseo, comenzamos un pedaleo acompasado y uniforme por la Pista de los Italianos, encauzando ya de una manera más definitiva el recorrido del día.



Enrique, que está muy puesto al día sobre los enclaves territoriales de la jurisdicción, nos preguntaba de vez en cuando por algunos accidentes geográficos para ver si estábamos al día en tales incidencias. Creo que nos dio un aprobado general para todos. Y así llegamos, primero, al cementerio de Ruecas, y luego a la localidad de Rena, donde en principio pensábamos parar un momento, pero que después fue sustituido por la Estación de Rena. Y allí paramos un momento para las necesidades fisiológicas, sobre todo, y para algunos comentarios más o menos afortunados. En estas vicisitudes andábamos, cuando Ramón dijo que se iría por la Via Verde porque quería llegar algo más temprano a casa, y como a Enrique le gustara dicha opción, para conocer algo de la Vía Verde, pues enseguida nos pusimos de acuerdo para alterar el itinerario previsto y hacer una de las opciones, que en este caso fue la cuarta, de las que algún día propusiera Flore a tal efecto. Poco después entramos en Palazuelo y fuimos hasta la plaza del Pueblo, y entramos en un bar donde tomamos "El Consabido Desayuno Saludable de los Ciclozumeros", que es harto variado para cada cual. Pregunté allí por mis conocidos del lugar y, curiosamente,  uno de los presentes me confirmo que era el hermano de Paco, el padre de Débora y Rebeca, esta última íntima amiga de mi hija Maricarmen. Pero lo más llamativo y desagradable, al mismo tiempo, es que cuando pregunté por un compañero y amigo nuestro, me refiero a mi compadre Paco y a mi, Paco Arias, me dijeron que había fallecido hacía poco más o menos de un mes. Pasado este mal trance, reanudamos nuestra marcha con la vista puesta en la próxima localidad, Puebla de Alcollarín, a la que el amigo Enrique llamó Ruecas, para ver si nos cogía en algún aprieto. Al llegar al cruce, nos planteamos la alternativa de seguir hacía el Casar o tomar hacia la derecha para ir a Trujillo, pero prevaleció la primera opción y nos fuimos para el Casar de Miajadas. 



A partir de aquí, el poco viento que hacía se puso a nuestro favor y con el desnivel también a favor pedaleamos fervientemente y con una cierta euforia hasta la rotonda de la autovía de Don Benito-Miajdas, a la que Enrique llama "La Rotonda de los Olivos", que ya hay que tener imaginación, donde paramos para hacer sendas fotografías de distintas formas y posturas, porque hasta ahora las que hemos hecho son fotografías muy simples y muy tontas, según él. Y no se quedó ahí "El Macho Vara", porque en el siguiente altozano que se divisa en la carretera, donde está enclavada la Casilla 53 de los Guardacanales, donde hay un álamo Blanco enorme, o también, donde paran a desayunar el grupo de "Los Andarines Amalienses de Guadalupe", hubimos de parar de nuevo para rematar a ultranzas el ciclo biológico fotográfico de la etapa del día. Y cuando el recorrido terminaba, Josemari, que como siempre viene tremendamente adelantado, se fue por la pista del canal, yo traté de seguirle y enseguida me increparon de que había que hacerlo por la Calle Madrid, pues me cabreé y decidí irme por la rotonda de Antonio López, y además les increpé diciendo que era por allí por donde deberíamos tener nuestra entrada agrupada. Y además entrar por la calle del Salón Moderno. Y no parece que lo consideraran mala idea.


Alejandro se alegró muchísimo al vernos y sobretodo a mí, aunque sabía que había estado de vacaciones y en Granada a ver a m nieta, y para corroborar dicha alegría nos puso un plato de salchichas con patatas fritas que no le lo saltaba un galgo de tres trancos. Y ojalá, que sigamos muchos años, haciendo tantas fotos tontas, y poniendo tantas reglas de manera desenfadada, se acepten o no, y digamos tantas "tonteridas" y por supuesto que salgamos tantas veces juntos haciendo estos recorridos ciclozumeros que sobrepasan la alegría y el desenfado, además de hacer deporte y estar en forma.

Salud y felicidad. Flore.

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